Se abren las puertas de nuestra Semana Santa, inmersos en cultos cofrades, las Sagradas Imágenes visten sus mejores galas rodeadas de la devoción de sus cofrades. Sus altares y capillas repletas de flores, nos recuerdan que estamos en Primavera.
Las marchas procesionales forman parte del ambiente de la ciudad desde que comenzó la cuaresma, hace cuarenta días, parece que ya huele a Semana Santa.Las paredes y escaparates de los comercios están inundados de carteles de cultos y procesión.
Los costaleros ensayan el paso para llevar a su Cristo o Virgen. Van saliendo poco a poco de armarios, cómodas y baúles los trajes penitenciales pasra lavarlos, remendarlos y eliminar el olor a alcanfor de 360 días. Para todos los cofrades son días sin descanso, días de cobro de cuotas, días de cabildos y reuniones, días de nerviosismo, de contratos, de penitencia y de piedad.
La primera en salir es la Procesión de la Palmas, a las once de la mañana, la campana de la Iglesia del Santo Cristo comienza a repicar, en minutos la plazuela se va llenando de gente, y sobre todo, de niños todos con flamante ropa nueva. La Iglesia esta invadida de un gran alboroto y bullicio, y se van repartiendo las ramas de olivo entre los niños, después las doradas palmas entre jóvenes y mayores, la Iglesia parece un Jardín, o el campo de Jodar con sus olivos y cerros de dorado esparto, verde y oro, esperanza y luz.
( Texto.- Idelfonso Alcalá Zamora y Soledad Lazaro Damas, Fotografías.- Angel Balboa Beltrán. Ediciones Gemisa S.L).
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