Linares, resurgio como ciudad minera e industrial, con gran pujanza durante el siglo XIX y principios del actual. Varias ordenes religiosas tuvierón asiento en Linares, desplegando la Iglesia una intensa actividad. La Iglesia de Santa Maria, con elemento romanos, góticos y renancentistas, con la mano de Andres de Valdelvira, es un monumento emblematico en la ciudad. En este templo es significativo el retablo plateresco, con tablas del antiguo u nuevo testamento. Y la iglesia de San Francisco, ates conveto, con un notable altar mayor e imágenes de la pasión. La vida religiosa de la ciudad se polariza en torno a su patrona, la Virgen de Linarejos, que tiene un hermoso santuario. Y se muestra esa vida religiosa, con la participación popular, a través de una Semana Santa que tiene unos rasgos y unos perfiles especiales, singulares entre el esplendor y la sencillez.
Hay varias tradiciones que confieren unas especiales características a la Semana Santa Linarense; por ejemplo la Saeta, en Linares se prolonga siempre con un martinete.
De la Semana Santa linarense son las llamadas Trompetas broncas. Son como una especie de cuernas que se hacen sonar con gran esfuerzo por parte de quienes la portan. Tienen un sonido desgarrado y con diuversos matices según sean las procesiones.
Muy populares son también las llamadas cajas. Son unos arcos revestidos con fuertes pellejos de becerro, muy tirantes, se utilizan exclusivamente en la Procesión del Santo Entierro. Cabe también destacar las Bandas de Cabecera de las Cofradias y Hermandades, vestidos con los trajes de estatutos de cada una de las Cofradías, también destacar los costaleros/as y horquilleros y horquilleras de las respectivas cofradias y hermandades.
En definitva un explendor de pasos de Cristo y Virgenes, que inundan las calles de nuestra ciudad en la Semana Santa Linarense. Algo que merece la pena ver, yas que ha sido declarada de Interés Turístico Nacional Andaluz por la Junta d Andalucía.
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